LA MEMORIA DEL NÓMADA: BIRMANIA (II)

«No vaciles nunca en irte lejos, más allá de todos los mares, de todas las fronteras, de todos los países, de todas las creencias»

Amin Maaluf

Me gusta más el término «Birmania» que el de Myanmar. El primero está anclado a mi niñez cuando devoraba los comics, les llamábamos entonces «tebeos»,  de «Hazañas Bélicas». De vez en cuando los intrépidos soldados, mal afeitados, con el eterno cigarrillo colgado de los labios que no se quitaban ni siquiera cuando caían heridos, situaban sus acciones victoriosas por las junglas de Birmania persiguiendo, o siendo acosados, por los pérfidos japoneses.

Rangún, Yangón actual, era entonces la capital de Birmania. Ahora Yangón no es la de Myanmar pero sí la gran ciudad en la que se dan las transacciones comerciales, el centro económico y social de la nación; Naipyidó es la capital política.

Esta nación está llena de monasterios, templos, estupas y todo tipo de símbolos religiosos. Domina el budismo en su vertiente theravada. Más que una religión en sí misma esta rama del budismo es una corriente psicofilosófica que se originó en Sri Lanka y se extiende por Tailandia, Myanmar, Camboya, Laos y que practican más de 100 millones de personas.

Se caracteriza por ser menos ritual que las otras corrientes budistas y fomentar el estudio y análisis de los diversos estados de la meditación e introspección. El yo no existe, no hay un alma permanente sino que va a ir migrando en seres diferentes hasta que se haya obtenido la ausencia de deseo y sufrimiento. Entonces se habrá alcanzado el nirvana.

El estudio del budismo theravada se realiza en los monasterios, por eso es casi universal entre los budistas, que los muchachos pasen unos años, como una especie de una educación primaria, en un monasterio. Los niños viven allí hasta que deciden seguir su vida como monjes o, suele ser lo más frecuente, abandonar el monasterio con el bagaje de su preparación espiritual. Es frecuente encontrar a muchos niños de corta edad vestidos de monjes, deambulando por las calles con un cuenco en las manos, jugando en los patios de los monasterios, en filas ordenadas para recoger la comida o caminando por cualquier carretera o camino. En el cuenco reciben la comida y donativos que los birmanos entregan como parte de su compromiso espiritual. Los monjes son importantes y respetados en la sociedad birmana; a ellos se recurre como maestros espirituales, para impartir sermones en días señalados o buscar consejos en los conflictos sociales o personales. Hay algún monje que vive aislado, en el campo, como ermitaños.

GRUPO DE NIÑOS MONJES (FOTO JPB)

En el monasterio Maha Ganayon de Amarapura se produce un llamativo fenómeno diario. A mitad de mañana, monjes y novicios, cada uno con su cuenco en las manos, entran ordenadamente en el comedor para tomar su comida, arroz hervido y frutas. Generalmente la comida ha sido donada por personas que reciben, como pago, las oraciones de la comunidad.

Los monjes birmanos protagonizaron un violento episodio en 1919 cuando en el Eindawya Paya de Mandalay desalojaron a los visitantes que se negaban a descalzarse. Los británicos, por este hecho, sentenciaron a cadena perpetua al líder, U Kettaya. Hubo varios conflictos en los que fueron represaliados  y los líderes que los encabezaron condenados a severas penas de cárcel; varios de ellos murieron en prisión. Creció así un movimiento nacionalista entre la comunidad de monjes birmanos. Destaca U Gambira, de 41 años, líder de la “revolución azafrán” de 2007 tras la que fue condenado a 68 años de prisión. Fue liberado por una amnistía en 2012. A pesar de su deseo de ingresar en alguna comunidad al salir de la cárcel, ningún monasterio lo aceptó por miedo a la represión del estado. Dejó de ser monje en abril de 2012 y posteriormente sufrió varias detenciones y periodos de cárcel quedando en libertad del último proceso en 2016.

MONJE EN LA CIMA DEL MONTE POPA (FOTO JPB)
MONJE MENDICANTE (FOTO JPB)
MONJA BUDISTA PIDIENDO LIMOSNA (FOTO JPB)

La pagoda Mahamuni, en la ciudad de Mandalay,  alberga al Buda más venerado de Myanmar. Tiene 4 metros de altura y más de 2000 años de antigüedad. Compramos unas pequeñas láminas de pan de oro y accedemos, sólo los hombres, a la figura para colocar las laminillas doradas en su superficie. Salvo la cabeza, que pulen diariamente, el resto está deformado, inflado, por la gran cantidad de esas finas hojitas de oro que fieles y curiosos colocamos; parece ser que tras siglos de esa costumbre,  la capa de oro tiene unos 15 cm de espesor. Dice la leyenda que es la única copia de la figura de Buda que se realizó mientras él vivía. Las mujeres deben de contentarse con la oración en la sala presidida por Mahamuni.

PAGODA DE MAHAMUNI. REVERENCIA ANTE MONJE. ASPECTO DE LA SALA DEL BUDA MAHAMUNI. DEVOTOS COLOCANDO LAMINAS DE PAN DE ORO EN LA ESTATUA DE BUDA (FOTO JPB)

En el patio un hombre se arrodilla ante un monje. En su estética la imagen me recuerda, salvando diferencias esenciales, a Juan Pablo II amonestando a Ernesto Cardenal en su visita a Nicaragua. El templo exhibe tonos dorados por todos los rincones, hay muchas personas por los pasillos, por las salas. Niños vestidos de monjes, monjes adultos con cuencos en las manos, monjas mezcladas con el resto de personas.

Birmania posee grandes bosques de teca, esa dura y valiosa madera. Los británicos, deforestados en Gran Bretaña por sobreexplotación de sus recursos silvícolas, necesitaban una gran cantidad para su gran Marina Real y controlaron en su época colonial el monopolio de su explotación y comercio. Un largo puente de teca, 1300 metros, construido en 1086, se alza sobre las aguas del lago Taungthaman. El puente es peatonal, todo los días es cruzado por miles de personas, y el lugar parece situado a propósito para contemplar el amanecer y la puesta del sol.

Veo, en la lejanía, tres personas que parecen caminar sobre las aguas. La belleza del momento es tan especial que doy certeza a lo que veo.

CAMINANDO SOBRE LAS AGUAS DEL LAGO TAUNGTHAMAN (FOTO JPB)

La cosmovisión espiritual birmana incluye a los «nats», los espíritus. Su existencia en las creencias populares es anterior al inicio del budismo. El rey Anawrahta fue quien decretó el budismo theravada como la religión oficial del reino. Pero, inteligente, autorizó la coexistencia de los «nats» con el budismo, si bien supeditados al mismo.

Los espíritus son capaces de influir en la vida de los individuos ocupando un lugar, consiguiendo dominar a una persona, ayudar en numerosos deseos o interviniendo decisivamente en conflictos. Oficialmente existían 36 reconocidos y el rey Anawrahta añadió uno más al autorizar su coexistencia con el budismo.

En el monte Popa está la vivienda espiritual de los 37 nats. El monte es un pitón volcánico de más de 700 metros de altura al que se accede por unas empinadas escaleras bajo la atenta mirada de figuras que representan a los nats junto con una gran cantidad de monos.  El monte está coronado por un templo budista.

MONTE POPA. FAMILIA PAGANDO UNA OFRENDA. ESCALERAS DE ACCESO A LA CIMA. MONO LADRÓN DE GAFAS (FOTO JPB)

Un mono sentado junto a las escaleras lleva, en una de sus manos, las gafas de alguien; hay que poner todo los sentidos tanto en evitar que se acerquen a intentar atrapar cualquier cosa que les apetezca como en no pisar, hay que caminar descalzo, los excrementos que toda la extensa colonia de primates van dejando por la escalera.

Impresiones personales de un pasado viaje a Birmania y comentarios sobre su situación actual.
ENTRE LA TRADICIÓN Y LA MODERNIDAD (FOTO JPB)

(Continúa en siguiente entrada)

© CHUAN ORUS 2021

Un pensamiento en “LA MEMORIA DEL NÓMADA: BIRMANIA (II)

  1. Magnifica serie de entradas sobre Birmania. Conservas algún Hazañas Bélicas? Ra-ta-ta-tá…! Que pena lo de Birmania!. yo fui dos años mas tarde; parecía estar disfrutando el país de un ambiente plenamente democrático, y los aspectos más controvertidos ( y crónicos) eran el conflicto con los roghinyas y las disputas armadas ocasionales entre etnias, que dificultaban un poco el movimiento por el interior del país, sobre todo con los Shan, pero el país globalmente estaba en su esplendor y era un paraíso para el viajero…..Parece que por donde pasamos, tarda en crecer la hierba. SIria, Birmania, Irán….

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