Pertenezco a una generación que tuvo una educación esmerada, no tanto por el tipo de colegio o instituto al que tuvimos la suerte, buena o mala, de acceder sino por el contenido de las materias que obligatoriamente había que estudiar. Muchas asignaturas, muchos conocimientos, que en la actualidad se han despreciado fueron los cimientos sobre los que nuestra cultura, mucha o poca, reposó con solidez.
La Filosofía, las Lenguas Clásicas, latín y griego, la Historia de la Literatura, la Historia del Arte y otros objetivos del conocimiento