En el acceso al Castillo del Morro, junto a la entrada a la Feria del Libro, hay una colina que un cubano dicharachero nos aconseja visitar. Todavía no se ha abierto la Feria y aprovechamos el tiempo paseando por la pradera que va ascendiendo hasta lo alto. Una amplia exposición ocupa la superficie. Cohetes, misiles, aviones de combate y otras armas más convencionales Sigue leyendo